lunes, 8 de noviembre de 2010

Hay una intrusa dentro mío, que se queja y tiene frío, que ya no puede escribir, que miente cuando quiero decir la verdad y dice la verdad cuando quiero mentir. Ya no se toma nada en serio, la verdad que es un misterio
¿cómo pudo entrar en mí? a cada paso que da le falta espontaneidad, no se tiene confianza dice todo que si.
Y duerme hasta el mediodía, no sé más que hacer con él
con su lujuria, su pereza, su codicia y los cuatro capitanes
que le metió Lucifer. Si se cruzan con su mirada, déjenla en su caminar, en su mirada no van a encontrar la paz. Que la culpa no les carcoma los huesos, ya va haber tiempo para las risas, los abrazos y los besos; Déjenla en su mundo, un mundo muy poco profundo, donde no se ríe, donde no se llora, donde no se vive a pleno, ni el presente ni el ahora. Lo único que me enferma es saber que, en la perra vida jamás me voy a deshacer de ella, siempre adentro mío fiel a su promesa
de ¡quemarme la cabeza para que yo sea infeliz! Me enferma comprender
que forma parte de mí.

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Mi ultima lagrima

Mi ultima lagrima
La ultima lagrima que mi corazón derramará por vos, es la que ves.